La Inteligencia artificial en las industrias creativas
Nos preocupa perder el Status Quo de creadores y creativos con la Inteligencia Artificial, pero quizás deberíamos de abrazar el cambio como mindset y que este sea nuestro Status Quo

Desde hace algunos meses, casi un año, el boom de las Inteligencias Artificiales (en adelante IAs) que puede recrear imágenes están en tendencia, Dall-E, Midjourney han dado de que hablar con los resultados obtenidos, Cosmopolitan ha sido la primera revista en poner en portada una de estas creaciones e incluso una obra hecha con IA ha ganado un premio, en un concurso de arte digital; el autor no ha mentido, ha dicho cómo ha creado la obra, pero parece que o el jurado no entendía a lo que se refería y simplemente no le importó.
Seamos honestos, solo comenzamos a ver avances de herramientas que nos dan de forma un tanto aleatoria, imágenes, eso si, creadas desde cero, pero está lejos de, que al menos en el futuro inmediato, estas herramientas comiencen a reemplazar a los creativos como fotógrafos, ilustradores 2D y 3D digitales. Para mí la pregunta de fondo es: En 10 años ¿A dónde podrían evolucionar estas herramientas en alcance, y sobre todo, qué implicaciones tendrían?
Es curioso cómo podemos encontrar en esta discusión que intenta salvaguardar el Status Quo de lo que implica el acto creativo, desdeñando las nuevas posibilidades que estas IAs basadas en descripciones nos pueden ofrecer. Yo mismo me pregunto ¿Cómo redefiniríamos el acto creativo el momento que una IA sea capaz de crear exactamente lo que imaginamos?
El cambio como la constante en la industria del Diseño y el espejismo de la democratización
Lo interesante de estos debates es que la industria del diseño, y del diseño gráfico puedo dar constancia, ha sufrido varios cambios, antes de la entrada de las computadoras a la edición de publicaciones, como mencioné en la entrega anterior. Había todo una capa de roles y de especialistas que se dedicaban a preparar los archivos para su impresión, cuando las computadoras se volvieron el estándar muchos de estos roles caducaron, pero otros nuevos surgieron. Cuando el mundo de los impresos entró en crisis, porque internet se volvió en la plataforma donde ahora se corrían y campañas de marketing digitales, la gente usaba dispositivos móviles y aplicaciones para obtener servicios, el e-commerce hizo boom. Surgieron roles para estas nuevas herramientas y artefactos que los usuarios ahora utilizaban, siento que el cambio es algo intrínseco al acto de diseñar.
Los cambios tecnológicos y de paradigmas, resultado de nuevas necesidades de mercado, han empujado históricamente a que muchos diseñadores cambien su forma de trabajar, pero sobre todo, cambien las herramientas que utilizan para hacerlo. Y es que en el fondo, nuestra actividad como diseñadores ha tenido siempre cambios, lo que no cambia en un sentido general, es como asumimos las problemáticas para entenderlas y resolverlas, las forma de ejecutar diseño, que tienen que ver más con la técnica, ha variado según el contexto y la época.
El acceso a dispositivos móviles y computadoras, en cualquiera de sus presentaciones de forma masificada y el internet como un commodity han traído grandes ventajas para los consumidores finales, acortando procesos de elaboración, cadenas de suministro y en muchos casos posibilita que el usuario no especializado, pueda hacer uso de estas herramientas sin la necesidad de un especialista. Los resultados sin duda serán variables, porque tener acceso a herramientas solo es una parte de la ecuación, saber escribir y tener una pluma posibilita que puedas expresar tus ideas de forma escrita, pero no te hace un escritor, y no, tampoco creo que solo la formación (en cualquiera de sus presentaciones) te otorgue necesariamente ese crédito, porque podrías tener toda la teoría para ser un escritor y eso no te garantiza producir novelas de calidad.
Para mí, esto se logra a partir de la conjunción de tres partes:
A)Teoría (formación)
B)Práctica
C)El paso del tiempo.
Solo cuando conjuntamos estas tres partes dejaremos de ser operadores o teóricos, cuando practicamos durante un tiempo (la teoría de las 10 mil horas), que si bien quizás no nos hará expertos, nos dará una calidad superior a que teníamos al inicio. Ahí es donde se revela el expertise, y que puede dar valor de una forma que en sí mismo las herramientas solo posibilitan pero no garantizan.
Entonces cuando hablamos democratización tendemos a pensar que con ello democratizamos la maestría y el expertise, cuando en todo caso posibilitamos que cualquiera aspire a tenerla y dependerá de cada uno el llevarla a cabo. Lo que se democratiza son las herramientas y su acceso, de nuevo, solo una parte de su ecuación.
Por ello creo que la parición de IAs solo motivaran que encontremos la forma de
1) usar estas herramientas como parte de nuestro workflow, como lo apunta de forma atinada Antonio García Villarán en su video probando IAs
2) Adaptar y redefinir el acto creativo, porque justo en esta industria, podemos tener diferentes soluciones para un mismo problema, por lo que la IAs no pueden volverse una solución para todo.
Claro, toda democratización acarrea que el segmento especializado sea mejor valorado y su precio crezca, así en los días de la digitalización, las impresiones hechas “a mano”, con acabados que tienen que ver con el arte de imprimir de forma artesanal que con manejar InDesign, son requeridos y su precio es más elevado.
En una época como hoy, de Spotify el Vinilo y la industria de dispositivos de audio de alta fidelidad, solo es un nicho de especialistas, de hard-users o simplemente de personas que pueden pagar esos lujos.
Adaptarse o morir
Ya nos lo dicho el buen @Ramza en nuestro episodio 8 de nuestro podcast de The UX Rebels: el mensaje es el mismo, lo que cambia es el medio. No importa que cambio de roles y herramientas nos traiga la industria, siempre habrá espacio para gente que quiera entender y resolver problemas.
Por eso, es curioso que los diseñadores, que somos los que siempre buscamos el cambio, y que en el caso de experiencia de usuario, seamos los que empujamos el pensar de forma diferente e innovar, seamos los que menos entendamos esta ecuación.
Confiamos tanto en nuestras herramientas que se nos olvida el valor agregado que le damos a estas y al problema a resolver. Abracemos el cambio como lo único constante en nuestra carrera, ahí es dónde se necesita la resiliencia y adaptabilidad que tanto pedimos, la apertura al what if, debería de ser nuestro mantra y no solo algo que salga en workshops o speech de venta.
No dudo que un día una IA haga exactamente lo que pensamos, pero para esos días confío en que sabremos redefinir nuestra labor, encontraremos en que enfocarnos y el cambio traerá consigo otras problemáticas a resolver, y ahí estaremos los diseñadores para hacerle frente.
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