Diseño no es lo que ves, es cómo llegas ahí
Una reflexión sobre lo que implica diseñar mas allá de los entregables...
Ed. 72
El diseño es una actividad en la cual se desarrolla expertise con la práctica a través del tiempo.
Este expertise no solo tiene que ver con el dominio de la técnica, sino con la incorporación de perspectivas más amplias a la hora de abordar problemáticas. Diseñamos mejor porque podemos conectar patrones e ideas en las que antes no veíamos relación, porque entendemos más rápido qué es lo que nos falta saber, para lanzar mejores preguntas, porque nos cuestionamos las reglas, porque, básicamente, fortalecemos el músculo de pensar
Por otro lado, el expertise técnico que podemos desarrollar con las herramientas nos ayuda a hacer más eficientes nuestros procesos de trabajo; es decir, nuestra forma de diseñar
La democratización tecnológica otorga acceso a herramientas que se pueden aprender fácilmente, pero, regularmente, confundimos este acceso a las herramientas como un sinónimo de acceso a la práctica, en este caso, de diseño. Las herramientas son solo una parte de la ecuación, que además pueden cambiar y variar a través del tiempo.
Tener herramientas de carpintería no te hace carpintero. Saber clavar clavos, usar serrucho o saber cepillar madera tampoco te hace carpintero. Lo que te hace carpintero radica en entender cómo usar esas herramientas y seleccionar las más convenientes para un propósito específico.
No todo se resuelve con un martillo o con un componente 😂 (espero se entienda el chiste).
Si quitamos la carga protagonista a nuestras herramientas, entenderemos que lo verdaderamente valioso como diseñadores es nuestra forma de pensar y la forma de ver el mundo. Las herramientas (no me refiero solo a software) solo son extensiones de nuestra capacidad de imaginar y estructurar soluciones, pero no son el centro de nuestro proceso.
Creo que el diseño es una actividad social, pero también creo que el diseño como actividad y como producto (lo diseñado) no es explícito. No puedes pretender que solo por ver tu diseño la gente entienda las múltiples decisiones que hiciste para llegar ahí.
Por ello, creo que debemos ser explícitos a la hora de hablar de nuestro proceso de diseño. El diseñador debe poder articular un discurso que refleje su proceso mental, y conforme su expertise sea mayor, su claridad de pensamiento le dejará ser más contundente para incluso modular estos discursos dependiendo de la audiencia.
Esto incluye desde etapas donde queremos entender el problema a resolver, hasta cuando implementamos nuestra solución. En todo momento, el diseñador debe ser un interlocutor activo, que ayude con preguntas, pero también que nos ayude a tener claridad de opciones exploradas en sus procesos de ideación.
Cuando el diseñador está inmerso en un equipo, probablemente sus actividades estén acotadas. Pero, incluso si solo vemos una parte del proceso, debemos entender el flujo completo para diseñar con sentido, para con ello tener recursos que le ayuden a construir estos discursos que hagan explícita la parte del proceso de diseño que le tocó hacer.
“En diseño, si no puedes explicarlo, es porque no lo entiendes del todo.
Ulises Arvizu
Así que, más allá de la habilidad para usar nuestras herramientas, que sin duda impactan en la calidad de nuestros entregables, parte de nuestro proceso de hacer diseño debería ser tener claridad mental en todo momento de lo que estamos haciendo y para qué lo estamos haciendo. Con ello, el articular discursos para explicar nuestro proceso, hacer las preguntas adecuadas o presentar posibles soluciones o, bien, soluciones finales será una tarea más sencilla. Nuestra labor como diseñadores siempre incluye decir qué y por qué lo hicimos. Si lo hacemos de forma elocuente y nos esforzamos por hacerlo de forma clara, nuestro impacto y visibilidad en el equipo serán evidentes.
Nos vemos en la siguiente edición.
Para leer
A system for Writing - Bob Doto
Me he sumergido en este libro muy interesante sobre un proceso para escribir, estoy buscando acercarme a la escritura de ensayos, así que comencé a leer y aplicar el método Zettelkasten, para recolectar de una forma más estructurada mis ideas. Este libro de Bob Doto redondea muchos conceptos y da una guía muy sencilla de como ir tomando notas y convertirlas en artefactos más amplios como artículos o ensayos.